Esta práctica pedagógica se utiliza para estimular el desarrollo cognitivo de los menores de seis años.
Mejoran la atención, facilitan la concentración y desarrollan y
estimulan el cerebro, la memoria y el aprendizaje.
Estos son algunos de los resultados que se obtienen al utilizar los bits de inteligencia. Es un método didáctico dirigido a niños de entre 0 y 6 años e ideado por el psicoterapeuta estadounidense Glenn Doman. Hoy en día, recurren a él miles de centros educativos y hogares de todo el mundo. Su metodología se basa en mostrar información visual y auditiva de una forma escueta y rápida, mediante tarjetas de información.
Estos son algunos de los resultados que se obtienen al utilizar los bits de inteligencia. Es un método didáctico dirigido a niños de entre 0 y 6 años e ideado por el psicoterapeuta estadounidense Glenn Doman. Hoy en día, recurren a él miles de centros educativos y hogares de todo el mundo. Su metodología se basa en mostrar información visual y auditiva de una forma escueta y rápida, mediante tarjetas de información.
La capacidad de almacenar datos concretos es inversamente proporcional a
la edad. Bajo esta premisa, fruto de años de investigación, Glenn
Doman, psicoterapeuta estadounidense experto en la estimulación de niños
con lesiones cerebrales, ideó hace ya más de 30 años un nuevo método
pedagógico destinado a estimular esta capacidad en los menores de seis
años: los bits de inteligencia.
Numerosas investigaciones han evidenciado que en este tramo de edad los niños tienen un potencial asombroso, sienten mucha curiosidad y son buenos aprendices.
El trabajo pedagógico que se realice con ellos puede favorecer de forma significativa su desarrollo cognitivo.
Numerosas investigaciones han evidenciado que en este tramo de edad los niños tienen un potencial asombroso, sienten mucha curiosidad y son buenos aprendices.
El trabajo pedagógico que se realice con ellos puede favorecer de forma significativa su desarrollo cognitivo.
El programa consiste en mostrarles de forma continuada y
organizada por categorías unidades de información (imágenes) contenidas
en tarjetas, denominadas bits, y acompañarlas de la enunciación en voz
alta del dibujo que representan. De esta forma se combina el estímulo visual y auditivo
para lograr la retención del concepto en la mente de los menores.
Los niños aprenden de este modo, sin darse apenas cuenta, nuevos
términos y significados, clasificados y estructurados, que servirán para
desarrollar y ampliar aspectos tan determinantes en esta etapa como el
lenguaje, el vocabulario y la memoria.
El método de los bits actúa también sobre la capacidad de concentración y atención de los niños, un potencial que les favorecerá de forma significativa en etapas educativas posteriores.
El método de los bits actúa también sobre la capacidad de concentración y atención de los niños, un potencial que les favorecerá de forma significativa en etapas educativas posteriores.
Aplicación del método
El docente o el progenitor se sitúa delante del niño con las tarjetas en
la mano y se las muestra una a una, a intervalos de un segundo. A la
vez, enuncia el término que se representa en el bit. En un principio
parece sencillo, pero para que el método sea efectivo debe aplicarse con
unas determinadas premisas.
La información que muestren los bits tiene que ser precisa y clara, contener un único dato y no dar lugar a ambigüedad.
Para que puedan alcanzar su objetivo, las tarjetas de información deben
cumplir una serie de requisitos. No hay que mostrar a los niños imágenes
elegidas al azar, sino que la información de éstas tiene que ser
precisa, simple y clara, contener un único dato y no dar lugar a
ambigüedad.
El bit de inteligencia debe representar una realidad concreta, en forma de fotografía, dibujo, símbolo o palabra, que sea fácil de percibir por parte del niño y le resulte atractiva. Igual de importante es que tengan un tamaño suficiente para que los más pequeños lo puedan ver de forma clara y que se sitúe sobre un fondo blanco para que no distraiga al niño con otros elementos.
El bit de inteligencia debe representar una realidad concreta, en forma de fotografía, dibujo, símbolo o palabra, que sea fácil de percibir por parte del niño y le resulte atractiva. Igual de importante es que tengan un tamaño suficiente para que los más pequeños lo puedan ver de forma clara y que se sitúe sobre un fondo blanco para que no distraiga al niño con otros elementos.
Un aspecto destacado que no hay que pasar por alto en el momento de
aplicar este método es que los bits deben estar agrupados por
categorías. Las tarjetas se organizan por conceptos que tengan
características similares o que se engloben dentro de un concepto más
amplio: frutas, animales, ropa de verano o la familia. Se facilita que
el niño, además de adquirir nuevos términos, sea capaz de establecer
relaciones entre ellos y aprenda a desarrollar la capacidad de
distinguir entre similitudes y diferencias.
Basta con mostrar el bit 15 veces para que el estímulo quede fijado en la memoria.
¿Cuántas veces hay que enseñar un bit para que el niño lo fije en su
cerebro? Siempre dependerá en parte de las características cognitivas de
cada alumno en particular. Pero el trabajo realizado durante todos
estos años con el método apunta a que basta con mostrar el bit 15 veces
para que el estímulo quede fijado en la memoria. No consiste en mostrar
15 veces seguidas la misma tarjeta, sino en hacerlo de forma repetida en
un espacio de tiempo determinado.
La metodología puede ser flexible: enseñar cada categoría tres veces al
día durante cinco días seguidos, mostrar cada grupo una sola vez a lo
largo de 15 días, o dos veces al día en el transcurso de una semana.
El responsable de aplicar el método puede combinar estas variables del modo que le resulte más conveniente, según la disponibilidad de tiempo y espacio para llevarlo a cabo.
El responsable de aplicar el método puede combinar estas variables del modo que le resulte más conveniente, según la disponibilidad de tiempo y espacio para llevarlo a cabo.
Los usuarios de este método didáctico destacan la importancia de crear
un entorno adecuado en el momento de su aplicación, sin distracciones
visuales y auditivas que puedan desviar su atención. Recalcan la
importancia de motivar a los niños antes de la exposición para generar
expectación y mostrar entusiasmo en el momento de exponer las imágenes.
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